Unas cuantas cosas debe de haber hecho bien, o muy bien la guatemalteca Gaby Moreno para que el mismísimo Van Dyke Parks se haya ofrecido no ya a colaborar con ella, sino a compartir firma en un álbum completo, que para más inri ve la luz bajo los auspicios del venerado sello Nonesuch. Y algo mal debemos de estar haciendo nosotros, aquí por tierras ibéricas, para que esta mujer no sea clamorosamente (re)conocida, teniendo en cuenta que dispone de una voz rica y sustanciosa como miel, y que a su buen gusto exquisito se le suma un cierto empeño divulgativo: la accesibilidad al servicio del mejor conocimiento del acervo centroamericano y fronterizo. ¡Spangled! juega con la idea multicultural del español e inglés, teniendo en cuenta que Moreno no solo los domina indistintamente, sino que incluso los intercambia en el transcurso de una misma pieza. Y como lo suyo no es una estratagema para la internacionalización, sino el resultado espontáneo de una vida a caballo entre varias culturas, este álbum suena a mezcla y no a mejunje; a intercambio, polinización y tradiciones sabiamente contaminadas, y no a batiburrillo. Estamos de algún modo ante el disco que le provocaría urticaria a esa pavorosa extrema derecha que se empeña en preservar la pureza sanguínea, justo el mejor motivo para que el desparpajo sabio de Gaby nos guste aún más. Parks, el veterano arreglista de cabecera para Brian Wilson y los Beach Boys, reviste a su protegida de oropeles en ocasiones casi cinematográficos y opulentos (El sombrerón, Historia de un amor), pero a la elegancia sedosa de estas orquestaciones (derrítanse con los violines de O, cantador, que parecen compartir paternidad con Burt Bacharach) solo se le va la mano en The immigrants, el único título que sí encajaría con lo que los anglosajones conocen con ese término horrible: crossover. El resto, ya lo hemos dado a entender, es un caramelo: en castellano, inglés y hasta portugués, eso es lo de menos. Habremos escuchado en más de un centenar de ocasiones, casi tantas como versiones, clásicos tan descomunales como Nube gris o el bolerazo Espérame en el cielo. Gaby Moreno consigue que los volvamos a disfrutar como si los descubriésemos ahora mismo. Y hasta embarca al maravilloso Jackson Browne, otro amante de las fronteras difuminadas, para el tema inaugural, un Across the borderline que no desentonaría ni un ápice en un elepé de Calexico. Gloria pura.