La comunidad arcoíris ya cuenta con su gran obra magna para este 2018. En realidad, “Homotopia” es una bendición para cualquier oyente, con independencia de preferencias, etiquetas o filiaciones. Ni Rufus Wainwright ni Perfume Genius ni Owen Pallett: este canadiense criado en Oxford y afincado en Berlín presenta elementos musicales en común con todos ellos, además de la tendencia sexual, pero seguramente les supera en cuanto a compromiso temático. ‘Homotopia’ es casi un tratado sobre la vida cotidiana de un gay en esta Europa del siglo XXI, pero huye de “victimismos u orgullos”, las líneas rojas trazadas por el propio autor. En realidad, la socarronería se impone a la denuncia o la autocomplacencia en este repertorio sencillamente deslumbrante, originalísimo, adictivo al instante; barroco y recargado, pomposo, sensacional. Algunos de sus himnos más inequívocamente ‘queer’ son también los más contagiosos y tarareables, en particular ‘Gayby’ o ‘Prettyboy’, pero tampoco podemos resistirnos a la sorna en primera persona para ‘Narcissus 2.0’, con la que nos sorprenderemos canturreando la línea “Sí, me acostaría conmigo si yo fuera tú”. A sus 30 años, Vance-Law se ha convertido, sí o sí, en uno de los debutantes más fascinantes del año. Debe de atesorar mucha música en la cabeza desde que a los cuatro años empezó a recibir sus primeras clases de viola. Y hoy no es una estrella del pop, sino una estrella por antonomasia, sin apellidos. Los mismos que no necesitas aplicarte tú: te gusten los chicos o las chicas, las dos opciones o la vida en castidad, ‘Homotopia’ te conviene.